Espero que el 2010 sea mucho mejor (eso es lo que esperan todos), que haya más paz mundial, menos guerras, salud, BLA BLA BLA...
¿Quién se cree ese rollo que sueltan todos los famosos? Cuando les preguntan lo que desean para el próximo año sueltan ese rollo pacifista y yo, personalmente no me lo creo. Primero porque, por mucho que lo deseen, eso no se va a conseguir, pero es que además les da igual que haya muchas guerras como que no haya ninguna. Por eso, yo siempre digo, que es mejor hablar sobre deseos concretos (por ejemplo: me gustaría que en el 2010 mi hijo gane el disco de oro, si es el caso de el padre de un cantante, si es Belén Esteban, enconces podrá decir: ojalá mi Andreita se coma el pollo o que le coja manía a la Campanario, así puedo yo tener más cosas que contar).
Si hablamos de las personas normales, que son la gran mayoría, los deseos serán más humildes, y no me valen esos del tipo "que me toque el gordo". No señores, eso no se desea solo en nochevieja, eso se desea todo el año.
Os estaréis preguntando qué cuál es mi deseo. Bueno, mi deseo es que este blog se actualize un poco más, porque hoy al entrar me han aparecido las bolas de paja del oeste. Además, Teresa está perdida (o en otro universo paralelo del que jamás saldrá, que también es posible), le he mandado un mensaje al móvil:
ESTAS VIVA?
No me ha contestado aún, pero confío en que en el universo paralelo haya móviles. Si no, la tendré que llamar, porque tenemos que hablar de muchas cosas, entre otras LUISITA. Hasta ahora, no hemos hablado de la gran Luisita, una persona maravillosa y con la que hemos conpartido muchas vivencias, por eso creo que se merece que este gran blog hable un poco sobre ella.
Luisita era nuestra entrenadora de baloncesto. Era genial, no tengo palabras para describir el cariño que le teníamos. Siempre nos animaba, pero cuando era necesario nos reñía, pero lo hacía de una manera, que me encantaba. A mi me gustaba ir al baloncesto en gran parte por ella, porque nos lo pasabamos muy bien, yo la trataba como una amiga.
Lo que nosotros queríamos era jugar partidos en plan serio, bueno, pues ella lo consiguió (aunque con un equipo muy muy muy muy mucho más superior: el Valle Inclán). El árbitro del primer partido tenía un claro favoritismo hacia el otro equipo, y Luisita se enfadaba y le dijeron al tío un par de cositas a la cara Elena y ella. Adjunto foto genial del hecho. Luisita es la de los pelos rizados, un pedazo de pelo Pantene que se merecía el premio.
Luisita, sí, ese precioso nombre se lo puse yo. Le pegaba y ví en su cara que ella necesitaba urgentemente un cambio de nombre. Al principio no le gustó, pero todos le llamábamos así, y con el tiempo comprendió que era por cariño, y hasta le gustó creo yo. Este año, Luisita no estará con nosotros, y yo le echaré de menos.
LUISITA TE QUEREMOS MUCHO