Dile no a los sobaos


Sobá estoy yo, que no puedo conmigo, se me caen los párpados y tengo un pie en la cama.
Pero hago acopio de mis fuerzas para explicaros de qué va la cosa.

Todos sabemos lo que es un sobao, la magdalenita esa alargada de toda la vida que se moja en el colacao/café. A todo el mundo le gustan, pero yo estoy en contra de ellos, ¡chupan el colacao en un momento!

Tu la metes en la taza LLENA DE COLACAO O LECHE para que esté jugosa (porque como te las comas sola te ahogas, en serio lo digo) esperas un segundo, y cuando sale el sobao, no hay NADA EN LA TAZA. Si tenemos suerte, nos da tiempo a comernos dos sobaos, pero no creáis que es poco, porque en su interior se esconden todas las proteínas de la bebida elegida anteriormente, pero nos da la sensación de que no la hemos disfrutado. Ese es el inconveniente de los sobaos, que si quieres comer rapidamente, muy bien, pero si por el contrario quieres estar ahí un buen rato con tu desayuno, lo tienes crudo.

Hemos ido esta tarde deprimente de sábado a dar un paseito Teresa y yo, y hemos hecho un descubrimiento llamado frapucino. El nombre suena a café, pero no amigos y amigas, es una cosa extraña entre batido de leche y nata. Mi veredicto es que está bueno.
No tengo más tonterías que decir, así que me despido. Un beso corazones.

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