-Por favor, Carmen, no te olvides nunca de lo importante.
-¿De qué?
-De que tenemos razón..., de que estamos luchando por algo que es justo.
-Yo ya no sé lo que es justo y lo que no.
-¡Sí que lo sabes, claro que lo sabes! Igual que sabes que cuando todo esto haya pasado alguien tendrá que recordarlo.
-Nadie podría olvidarlo, sería como olvidarte a tí.
-De eso se trata, Carmen, de que no me olvides... no tenemos que tener miedo... prometeme que no vas a tener miedo.
-Te lo prometo.
-Tenemos que ser muy valientes... muy valientes. Porque, peque, no nos van a indultar.
Virtudes y Carmen
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