He llegado a esa conclusión. Las mañanas son eternas, y si además eres aburrido, estás listo. Esto de estar una en casa, ahí, tranquilita, está bien. Pero, ¿es comparable con estar aprendiendo cosas, y además de aprender, estás entretenido? La escuela es un 2x1, aprendes y no te aburres, pero tiene muchos inconvenientes, el peor de todos, levantarse temprano, salir con el frío y con una mochila que pesa más que Falete (sin ánimo de ofender). Todas las madres dicen: "Pero, hija, ¿todo lo que llevas ahí dentro te sirve?" Lo dicen como si transportaras un monstruo, y sí, todo nos sirve. Bueno, en realidad transportamos a los monstruos de los libros de 15 y 30 temas, unas bestias. ¿Por dónde iba? Ah, sí. Vale, llegas al instituto, suena el timbre (ya podrían poner una cancioncilla agradable, no eso), te vas a clase y de repente llega la otra bestia de la mañana, el profesor. No todos los profesores son malos, pero es que hay otros que parecen que disfrutan haciendo sus trastadas, es decir, poniendo exámenes a puntapala. Si encima, los exámenes son de 3 millones de temas, ya te puedes ir preparando. También me molestan mucho los profesores que te ponen un exámen de 4 temas, y luego en el exámen entran 5 ejercicios del tema 1 y 2, ¿y los otros? MECAGÜEN...
Dejo de lado los exámenes para centrarme en los profes buenos, esos que tu dices, "me lo he cruzado por la calle" y te entra un cosquilleo en la barriga ¿A qué sí Teresini?
Fijáos, las mañanas son tan largas, que he escrito esta mierda, pero por lo menos estoy en mi casa.
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